Para la mujer en
nuestra sociedad uno de sus roles más importantes es el rol de cuidadora, y,
paradójicamente uno de los retos más importantes que tiene hoy en día la mujer,
es el hecho de ejercer el rol de cuidadora de sí misma.
Cuidar de sí misma,
requiere en primer lugar, quererse y valorarse.
El primer cambio de
paradigma sería el no quedarse ni colocarse en último lugar en la satisfacción de
necesidades tanto físicas como emocionales. Sino en primer lugar.
Quien cuida y protege
a los demás, necesita estar bien en su persona, especialmente en su salud, en
todas las áreas que esto implica. Algo parecido a lo que se enseña en los
cursos de primeros auxilios, donde siempre se enfatiza que " si usted va a
ayudar a los demás, primero póngase el salvavidas" o como se indica en los
aviones, " primero colóquese usted la mascarilla de oxígeno y después a
quienes le rodean".
Es muy difícil cuidar
a otros cuando se tiene un cansancio acumulado, o cuando se transita por un
período de ansiedad o depresión. La ansiedad y la depresión pueden ser
resultado de un periodo prolongado de atención a los demás en combinación con
descuido personal. Y mucho de este descuido personal puede provenir de un
desequilibrio entre las exigencias del entorno y la capacidad física de la
mujer.
O también en el
desequilibrio entre las exigencias que la mujer misma se impone.
Exigencias del tipo,
ser perfecta en todos los ámbitos. Lo cual puede llegar a ser muy desgastante.
Entonces el segundo
cambio de paradigma seria el no buscar la perfección, con base a estándares
externos. Sino una mejora continua, con base a estándares internos. Con base al
autoconocimiento y reconocimiento de las propias necesidades.
Qué tal si hoy, como
nuevo paradigma, asumimos las mujeres que no tenemos que ser perfectas, sino
felices? Que podemos comenzar por cuidar
de nosotras mismas y eso sería un primer gran paso, en el día internacional de
la mujer.
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