Las
estadísticas en nuestro país de enfermedades mentales son muy altas. En años
anteriores, la Secretaria de Salud, comentó que, de seguir la tendencia actual,
en el año 2025 las enfermedades mentales habrán superado a las enfermedades
crónico degenerativas. Es decir, en la
población mexicana, enfermedades como la diabetes y la hipertensión habrán sido
superadas por cuadros depresivos y de ansiedad.
Esta
última, en sus diversas modalidades, tales como trastorno de ansiedad
generalizada, miedos, fobias, ataques de pánico o de angustia. Este incremento en los trastornos mentales
tiene que ver con el estilo de vida, el ambiente, factores genéticos y la
ausencia de estrategias de afrontamiento por parte de las personas hacia los
eventos estresantes.
Un
tema o situación de estrés en un individuo, si no es frenado a tiempo, puede
desencadenar en un incremento del mismo, comenzar con síntomas físicos de tipo
gastrointestinal, cardiopatías, trastornos del sueño o de otra índole. De no
tener un tratamiento adecuado, puede desencadenar en el síndrome del quemado o
burnout, si es que es un, tema de tipo laboral, y de ahí, evolucionar hacia una
depresión, o como ya mencionamos, un trastorno de ansiedad.
Para
las empresas es un tema complicado ya que las incapacidades por dichos trastornos
son muy altas y como mencioné anteriormente, van en aumento.
Los
resultados se ven directamente en la productividad; ésta tiende a disminuir ya
que los trabajadores elevan su índice de ausentismo, o ellos mismos se
convierten en un factor de riesgo del mismo ambiente laboral.
Un
trabajador con el síndrome del quemado o con cierto grado de depresión,
comenzará a tratar mal a sus compañeros, a los proveedores, o a clientes, con
los resultados negativos que esto conlleva. Si la depresión se incrementa
comenzará a faltar ya sea por enfermedades físicas propias de la depresión o
por su estado de ánimo bajo y falta de energía, pudiendo llegar al punto de
incapacitarse, primero por un tiempo y posteriormente de manera indefinida.
Llegado
a este punto, se convierte en un problema social, ya que las estadísticas
pueden ser tan altas que las organizaciones de salud, en el tema mental,
pudieran no ser suficientes para la atención de la población.
La
puesta en marcha de la Norma 35 de la Secretaría del Trabajo y Previsión
Social, tiene como objetivo eliminar los factores de riesgo psicosociales en
los centros de trabajo. La norma está promoviendo un entorno laboral favorable,
con varios lineamientos que pretenden evitar el estrés excesivo así como los
trastornos mentales que se derivan de éste.
Por
supuesto que, el cambio cultural y de actitud se convierte en un factor
indispensable para el éxito de la norma.
Se
promoverá así también, la identificación y la eliminación de la violencia a
nivel laboral. Hoy más que nunca las empresas necesitan del apoyo psicológico
para tener éxito, y los colaboradores también requieren de éste cambio en sus
familias y en su vida privada.
¿Cómo sería que ésta norma no se quedará
solamente a nivel de las empresas, sino que pudiéramos también incorporar una
cultura de No violencia también en casa?
Si tienes algún comentario escríbeme a cristinafigue@gmail.com
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