En antaño, era más frecuente
observar los bares con la mayoría de población masculina, hoy en día, es por
igual. Sin embargo, existen estudios que
nos indican que el daño que produce el alcohol es significativamente mayor en
la mujer que en el varón. “La mujer asimila menos la agresión del alcohol, que
ataca, hígado, cerebro y corazón.
Tiene cuatro veces más toxicidad en la mujer
que en el hombre.”
Expresa Eugenio Aguilar Parada en su obra “Mujeres, bebidas
alcohólicas e infarto”.
En otro tipo de estudios se ha
encontrado que la mujer mexicana incide en cuadros depresivos con mayor
frecuencia que el varón, de hecho el estrés en la mujer se ha visto
incrementado precisamente por el estilo de vida, Hoy en día la mujer que
trabaja, se ve a sí misma cumpliendo una doble función, trabajo y hogar; por
otra parte, la mujer que no trabaja se siente disminuida en su valor personal
por no tener acceso a una vida económicamente activa. Ambos casos pueden
producir depresión y resultar en un aumento de ingesta de alcohol. El hábito en
el consumo de alcohol puede iniciar por una o dos copas cada fin de semana, de
tal manera que se vuelve una costumbre. Una costumbre que aumenta cada ocasión.
Hasta aquí, la mujer puede pensar que “ no pasa nada”, sin embargo, de repente
se encuentra abandonando ciertas responsabilidades, o poniendo excusas a las
mismas. Hasta que llega a presentar deterioro en su imagen, y en su salud
física.
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