El merecimiento está relacionado con la
autoestima.
La autoestima es el grado en el que una
persona se valora, de aquí que el tamaño de nuestros deseos sea del tamaño de
nuestra autoestima.
Si nuestra autoestima es alta y
saludable, la persona se esforzará por conseguir sus objetivos, en caso
contrario su esfuerzo será mínimo o nulo.
Pero también es importante la aceptación:
“yo merezco que me pasen cosas buenas, y me muevo para conseguirlas”.
Una persona que se quiere poco a sí
misma, sentirá que merece poco, sus pensamientos serán algo así como “ no
merezco este trabajo”, “ no merezco una familia feliz”, etc. O, por el
contrario, cuando sufren algo difícil, sus pensamientos son: “me lo merecía”.
Existen personas que creen que no merecen
algo y entonces no trabajan por conseguirlo, y por supuesto nunca lo consiguen.
Lo importante aquí es revisar de qué
manera estamos disponiendo de nuestra energía, dónde están nuestros
pensamientos y emociones y pensar que todos los seres humanos, simplemente por
el hecho de existir merecemos lo mejor.
Revise, lo que usted cree que merece y
piense a detalle, si tal vez le haría falta esforzarse más, entonces reflexione
acerca de su autoestima.
Y por cierto, para aquéllos que tienen
hijos, les recomiendo no decirles a su(s) hijo(s), “no te compro esto, porque
no te lo mereces”, utilice, por favor, otro argumento, pero no utilice el
merecimiento, porque entonces van a crecer creyendo que no merecen muchas
cosas, y si creen que no lo merecen, es un hecho que no lo tendrán,… y usted, revise
lo que quiere, lo que cree que merece y lo quiere merecer.
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