Se ha preguntado alguna
vez: ¿Cómo es que logra tomar sus decisiones?
Comencemos comentando que todos los días nos encontramos
con opciones a elegir. Tomar una decisión es un proceso casi
diario.
Generalmente nos encontramos con dos tipos de decisiones: las decisiones diarias y las decisiones de vida. Las primeras corresponden a nuestras pequeñas decisiones que tenemos que realizar cada día, como por ejemplo, dónde o qué comer el día de hoy, dónde pasar unas vacaciones, etc. Este tipo de decisiones son importantes pero no son de vital importancia como las decisiones de vida. Entre las decisiones de vida podemos mencionar las siguientes: qué carrera estudiar, en dónde estudiar esa carrera, con quién contraer matrimonio, etc.
Definitivamente siempre saldrán a la luz nuestros valores
y nuestras expectativas, sin embargo, para las decisiones vitales, es
importante dedicarles más tiempo, más razonamiento y más análisis, no dejarnos
llevar por una apariencia o mensaje ambiguo.
Por ejemplo, la publicidad ha explotado el conocimiento de la mente humana, en específico lo concerniente a la comunicación verbal y no verbal. Está comprobado que el ser humano, atiende en mayor medida la comunicación no verbal a la verbal en un 80%, de aquí que los cursos de ventas y de imagen sean el día de hoy una herramienta importante que enseñan a las personas a lograr sus objetivos. Sin embargo, cuando no encontramos frente a una decisión de vida, definitivamente es conveniente no dejarse llevar por la pura imagen.
¿Se casaría usted con alguien exclusivamente por la apariencia física? Si usted, querido lector, respondió positivamente, le deseo mucha suerte, porque la necesita. ¿Escogería la universidad de su hijo(a) por la publicidad únicamente o por el color de la fachada del inmueble? Espero que su respuesta sea negativa y usted pueda tomarse el tiempo de ir a conocer el campus, planes de estudio, perfiles de egresados y porque no, obtener algunas impresiones de estudiantes en activo. Y que lleguemos a un momento en que seamos capaces de comprar un producto no solamente por la publicidad sino por su calidad y coherencia entre lo que ofrece y su utilidad real.
Por ejemplo, la publicidad ha explotado el conocimiento de la mente humana, en específico lo concerniente a la comunicación verbal y no verbal. Está comprobado que el ser humano, atiende en mayor medida la comunicación no verbal a la verbal en un 80%, de aquí que los cursos de ventas y de imagen sean el día de hoy una herramienta importante que enseñan a las personas a lograr sus objetivos. Sin embargo, cuando no encontramos frente a una decisión de vida, definitivamente es conveniente no dejarse llevar por la pura imagen.
¿Se casaría usted con alguien exclusivamente por la apariencia física? Si usted, querido lector, respondió positivamente, le deseo mucha suerte, porque la necesita. ¿Escogería la universidad de su hijo(a) por la publicidad únicamente o por el color de la fachada del inmueble? Espero que su respuesta sea negativa y usted pueda tomarse el tiempo de ir a conocer el campus, planes de estudio, perfiles de egresados y porque no, obtener algunas impresiones de estudiantes en activo. Y que lleguemos a un momento en que seamos capaces de comprar un producto no solamente por la publicidad sino por su calidad y coherencia entre lo que ofrece y su utilidad real.
Dejemos de ser títeres de la comunicación no verbal y
comencemos a ser más analíticos, más estrictos en la búsqueda de información,
comencemos así a exigir a las empresas que fabriquen lo que prometen.
Comencemos a analizar nuestras decisiones de vida para
evitar caer en el “si hubiera pensado mejor las cosas.”
Porque todos sabemos que el hubiera no existe.
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