miércoles, 22 de febrero de 2017

Opuestos

La psicóloga Virginia Gawell expresa lo siguiente:
El defecto (la falta de algo) también es, a fin de cuentas, un exceso: si alguien sobreprotege a su hijo está cometiendo, obviamente, un exceso de protección. Pero si lo cuida muy poco, le da poco tiempo, pocos límites, poco cariño, hay otros excesos que estará cometiendo para que esa falta tenga lugar: exceso de trabajo, exceso de egocentrismo, exceso de pereza, exceso de permisividad...etc.

Entonces, los extremos o los polos opuestos en cualquier situación, no solamente no son sanos, sino que nos conducen a una falta de equilibrio en nuestra vida y por supuesto en nuestras relaciones interpersonales.

Por ejemplo, en cuanto al estilo de afrontar determinadas situaciones podemos tener en un extremo a las personas agresivas y en el otro extremo a las personas sumisas.
Por supuesto, ninguno de estos estilos producirán resultados positivos y satisfactorios a la persona en cuestión.

El optimista exagerado de igual manera se encuentra en un extremo, y su opuesto seria la persona que carece de dicho optimismo y por el contrario su percepción de la vida es completamente pesimista. El primero podrá involucrarse en decisiones impulsivas e incluso de riesgo y el segundo se perderá de muchas situaciones de disfrutar de la vida.

Otro ejemplo serían las personas que carecen de confianza en sus capacidades y se consideran incapaces de realizar acciones por sí mismas, y su estilo es pedir ayuda para todo, evadiendo incluso así, ciertas responsabilidades personales, su opuesto son aquellas personas que se consideran en extremo autosuficientes y nunca piden ayuda, generándose un estado de estrés bastante alto. 
En el primer ejemplo, agresividad vs sumisión, ambos estilos, requieren el aprender a poner límites sanos con las personas con que relacionan, en el segundo caso optimismo vs pesimismo,   exagerados los dos, podríamos sugerir una mezcla de ambos en proporciones iguales y obtendríamos una personalidad más adaptada.
Y en el tercer caso, el aprender a pedir ayuda en su justa medida, no solamente disminuye el estrés, sino que incrementa la autoestima en las personas.
Entonces, como diría la frase:
Una pastilla te sana, todo el frasco te mata.
Es importante buscar el equilibrio en nuestra vida.
Gracias.
Resultado de imagen para APRENDER A PEDIR AYUDA

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