martes, 8 de abril de 2014

LA INTEGRACIÓN DEL SER


En la época actual es muy común observar como el ser humano tiende a dividir en su mente conceptos y por ende creer que tiene que escoger entre los diversos caminos que la vida le presenta. Por un lado dejarse llevar por las tareas rutinarias, trabajo, familia, etcétera y desvincularse de aquellas actividades relacionadas con el trabajo personal interior o espiritual. Eso último también por el hecho de que, si pensamos en una actividad como la meditación, varios de ustedes que están leyendo estas líneas, lo primero que vendrá a su mente podrá ser la imagen del Dalai Lama o de algún monje tibetano, y por supuesto el estilo de vida asociado con ellos, es decir, una vida alejada de lo mundano, y de todo aquello catalogado como material. Sucede lo mismo entre aquellos que defienden la ciencia y los que son partidarios de la espiritualidad. Pareciera que hubiera dos bandos y que ambos (curiosamente cuestionan el ego, juicios y el desapego) trataran de tener la razón. 

El que unas personas defiendan la ciencia y otras la espiritualidad depende del hemisferio cerebral dominante. Las personas analíticas, exactas, que requieren datos concretos e indicadores y que necesitan "ver para creer", son aquellas que, por alguna razón han bloqueado el hemisferio derecho del cerebro y utilizan el hemisferio izquierdo. Esto último sucede principalmente por hábitos de estudio. 

Ustedes recordaran que en la escuela generalmente los maestros les preguntaban "qué piensan" y no "qué sienten” con respecto a algún tema en particular. Las personas que han aprendido a sentir y que son más emocionales, como los artistas, poetas, músicos, etcétera, utilizan su hemisferio derecho. Son aquéllas que primero "creen y luego ven". En los años noventas, surgió el concepto de Inteligencia Emocional como un acercamiento a que las personas aprendieran a utilizar ambos hemisferios y por ende pudieran tener los beneficios de ser analítico y creativo al mismo tiempo.


Dentro de la salud mental, observamos un fenómeno similar, es decir, quienes creen profundamente en la psicoterapia y quienes se inclinan por métodos denominados alternativos o espirituales. Para atender ambas inquietudes y tener acceso a los beneficios de ambos, surge la psicología transpersonal. Entonces, un trabajo de desarrollo humano transpersonal enfocará a los participantes a observarse a sí mismos a través de prácticas como la meditación, meditación en movimiento, tai chi, técnicas de respiración y mindfullness. Esta última se refiere al arte de vaciar la mente, estar en el aquí y el ahora. Cabe mencionar que esta técnica está dado excelentes resultados entre altos ejecutivos en el mundo, ya que disminuye el estrés y aumenta la productividad. La meditación, por si misma, ha ayudado a la recuperación de pacientes depresivos y alcohólicos, en combinación claro, con su tratamiento médico y psicológico. Incluso es recomendable que cualquier proceso psicoterapéutico se le complemente con sanación energética, ya sea Theta Healing u otro, (en la actualidad existen una gran variedad de técnicas de sanación energética o espiritual) más ejercicio físico moderado.



Por lo tanto, para estar bien, es necesaria la integración del Ser, Integrar Mente, Cuerpo y Espíritu.

FAMILIAS RECONSTRUIDAS

Hablar de la familia es un tema muy extenso, complejo e interesante; abordar las características propias de la familia mexicana, lo es aún más. Lo que se considera importante remarcar es que existen varios tipos o estilos de familias, todas válidas y sin duda, algunas de ellas funcionales y otras disfuncionales, según sus reglas, su estructura, sus límites, sus roles, etcétera.  Entre los  tipos o modelos de familias podemos mencionar los siguientes: las familias con varios hijos, las familias con un hijo, las familias monoparentales que son las que tienen un solo progenitor ya sea padre o madre, las familias separadas y las familias reconstruidas.

Las familias reconstruidas son aquéllas formadas por la unión de dos progenitores y sus hijos provenientes de uniones anteriores, o de un progenitor con sus hijos de un matrimonio previo y los hijos de la actual unión. Este tipo de familia, si bien ha aumentado en número, debido, de igual manera, al elevado número de divorcios, representa hoy en día, una forma de vida con sus respectivos retos. El más grande reto que estas uniones representan es el manejo de la lealtad por parte de los hijos, especialmente si continúa la relación con su respectivo progenitor biológico. Es por esto que podemos mencionar algunos lineamientos que pueden servir para lograr el éxito en una familia reconstruida.
1.   Es importante establecer reglas de igualdad en la familia hacia cada de los miembros. Ejemplo: si a los hijos de él se les permiten determinadas concesiones, de igual manera será para los hijos de ella.
2.   Permitir a los hijos continuar con la relación hacia los miembros de la familia extensa del otro progenitor. Recuerde: todas las redes de apoyo que usted pueda generar en sus hijos son importantes.
3. Respetar la comunicación entre los miembros de la familia extensa o la comunicación con el “otro” progenitor. Ejemplo, si sus hijos salen a convivir con su padre biológico, al regresar evite preguntar todo lo que hablaron con él. Permita que sus hijos le comuniquen libremente lo que desean comunicar. El obligarlos a ejercer “lealtad” llega a ser un factor de mucha presión en los hijos, ya que siempre buscarán estar bien con ambos.
4.   Busquen actividades en las que todos los miembros de la nueva familia puedan convivir, pero respeten los tiempos y momentos en que los hijos necesiten convivir con su “otra” familia sin que esto sea visto como algo malo o desleal al nuevo grupo familiar.

Y recuerde, una familia reconstruida puede ser muy funcional y a veces solamente se necesita una breve orientación para lograrlo.


LA VOCACIÓN DE LOS HIJOS


El que los hijos elijan una vocación es un asunto muy importante, estamos hablando de su futuro, de aquélla actividad a la que se dedicarán durante el resto de su vida. También estamos hablando de aquélla actividad que les brindará la oportunidad de tener ingresos económicos y proveer a su propia familia cuando la tengan, así como de la oportunidad de tener un reconocimiento social o un lugar en la sociedad a través de dicha vocación.


Sin embargo, existen padres, que desean incansablemente que sus hijos estudien o se dediquen a una actividad que el hijo no disfruta o que probablemente no tiene ni las habilidades ni las aptitudes para desempeñarla favorablemente. Casos como “en ésta familia todos han sido abogados, o doctores, o músicos o poetas, etcétera y tú no vas a ser la excepción.” En éstas situaciones lo que hemos visto mucho son hijos que estudian lo que sus padres querían y finalmente dicen “ya le entregué el título ahora sí me voy a dedicar a lo que yo quiero.” Esto último en el mejor de los casos, pero en otros, el hijo continúa satisfaciendo las expectativas parentales de por vida, teniendo como resultado una gran insatisfacción o frustración. 


Muchos padres argumentan lo anterior diciendo que con ésa carrera van a fracasar o no es una buena carrera o tal vez se van a morir de hambre; sin embargo, expresa Martha Alicia Chávez, escritora “es mucho más probable que fracasen, no puedan mantener a una familia y "se mueran de hambre" si estudian una carrera que no les gusta y que no es congruente con lo que ellos son. No así si estudian lo que a ellos les atrae, les llena el alma y les inspira”.




A veces los padres desean que su hijo se convierta en ésa persona que ellos no lograron ser, un ejemplo es la madre que tiene a su hija tomando arduas lecciones de piano durante horas, incluso sacrificando sus horas de esparcimiento y de amistades, porque ella (la madre) siempre anheló ser pianista y no pudo, tal vez no tuvo acceso a lecciones de piano o a tener un piano y ahora que lo tiene, motiva (obliga) a su hija a cumplir el deseo de ella. Cuando los hijos se sienten obligados, invariablemente desarrollarán algún síntoma.




Quiero terminar señalando que es diferente escuchar y orientar que obligar. La función de nosotros los padres es orientar, para que nuestros hijos vivan su propia vida a través de sus propios talentos y con sus propias inquietudes. Nosotros los padres tenemos nuestra propia vida, nuestros propios talentos e inquietudes y mientras tengamos vida tendremos tiempo de realizarnos.



Parafraseando nuevamente a Martha Alicia Chávez en un mensaje hacia los padres:


Cuando te encuentres a ti mismo insistiendo demasiado,
 presionando mucho, o muy enojado porque tu hijo
no accede a hacer algo que tú quieres que haga,
 vuelve la mirada hacia ti mismo y
revisa cuál es esa parte de tu propia historia que

estás tratando de resolver a través de él.”



LA FAMILIA COMO PROYECTO DE VIDA

Mucho se ha hablado de realizar un proyecto de vida personal, alrededor de nuestros intereses profesionales y talentos, sin embargo, poco se ha manifestado acerca de que la familia, como tal, también es un proyecto de vida, e incluso un proyecto en el cual descansa el presente y el futuro de una sociedad.

En números anteriores expresé la problemática que existe en torno a la violencia escolar, y en éste número pretendo conjugar dicha situación con el proyecto de vida familiar ¿De que manera? 

Estableciendo y dejando en claro que, cuando los padres de familia en realidad están comprometidos con la educación de sus hijos, serán los primeros que no dejen en las manos de los docentes toda la responsabilidad de convertir a sus hijos en seres productivos y con valores. Los principales responsables  de brindar valores somos los padres, pero, ¿algunos realmente comparten ésta idea? O siguen pensando que “para eso mando a mis hijos a la escuela”. Tener a la familia como proyecto de vida implica, en primer lugar, comprender que vamos a ser co-responsables de la educación de los hijos y no solamente el entorno educativo lo es. Incluso sería prudente preguntarse ¿en verdad los docentes poseen todas las competencias personales y valores humanos como para dejar en sus manos el crecimiento emocional de todo sus alumnos? Yo creo, personalmente que no, creo que podemos hacer equipo con ellos y compartir la responsabilidad de los educandos.
Por otra parte, y con relación al tema de la familia, observamos que en varios grupos familiares  (según las estadísticas) el modelo tradicional de familia, ha
cambiado y está cambiando, lo cual representa un reto mayor para los progenitores. Existen autores que manifiestan que los adolescentes, en la actualidad están creciendo sin valores o sin una supervisión cercana, cuando es una etapa crucial del desarrollo y requieren ser orientados. Muchos adolescentes, en su búsqueda de identidad, buscan copiar o imitar los modelos estadounidenses de sus iguales y pretender vivir con exagerada libertad a una edad temprana, y lo que es más complejo, es precisamente que nuestra idiosincrasia no está preparada para “aventar” al mundo adolescentes que se hagan responsables de ellos mismos. 

Así que, tener a la familia como proyecto de vida, implica, ser observadores y custodios de la:
  • Educación y transmisión de valores a las nuevas generaciones. 
  • Observar la salud y promover hábitos de higiene en los hijos.
  • Contribuir en la formación de su carácter.

Y tal vez, usted, querido lector, quiera profundizar en el tema o añadir más aspectos a su propia lista personal y/o familiar.

Finalmente, quiero finalizar expresando que, tener un proyecto de vida familiar es un arte, un arte porque es importante establecerlo, llevarlo a cabo, pero nunca olvidarnos de quiénes somos, a dónde vamos, a dónde queremos llegar como seres humanos y como sociedad.

lunes, 7 de abril de 2014

HO-PONOPONO

En el artículo de hoy quiero compartir con ustedes los principios de una técnica hawaiana de sanación denominada Hoponopono. (Del libro Zero Limits, cuyos autores son Joe Vitale y el Dr. Hew Len).

Ho, significa “causa” Ponopono significa “perfecto” en hawaiano.

El fundamento de la técnica radica en que los errores provienen de los pensamientos que están contaminados por eventos dolorosos del pasado y que a su vez,  se encuentran en la memoria de las personas. 
Estos pensamientos dolorosos son finalmente energía acumulada y de permanecer en la mente, causarán enfermedades, de aquí que sea importante liberar ésta energía. Cuando se logra liberar ésta energía, surge la inspiración, es decir, ideas, imágenes o soluciones a nuestros problemas. Siendo la diferencia básica que, en lugar de actuar con base a las memorias, se actuará en base a lo que realmente se necesita en ese momento. 

Los principios básicos son los siguientes: 
1.La sanación tiene que ser al inconsciente. Es imposible estar consciente de todo lo que está pasando a nuestro alrededor. Hay muchas cosas que están ocurriendo y de las que no te das cuenta, están en el inconsciente, por eso el pensamiento positivo no es suficiente, hay que sanar los pensamientos.
   2.No tienes control sobre todo. El ego te hace creer que puedes hacer girar el mundo, la aceptación de lo que queremos y de lo que no queremos controlar, nos libera y permite la sanación.
    3.La sanación existe. Lo que sea que aparezca en tu vida, no importa cómo llegó ahí, se puede sanar.
   4.Eres 100% responsable de todo lo que experimentas. No todo lo que ocurre es tu vida es tu culpa, pero sí es tu responsabilidad. Al tomar responsabilidad significa que aceptas el problema y al aceptarlo, puedes cambiarlo.
   5. Utilizar la emoción positiva del amor. El amor provee de energía positiva que ayuda a la liberación.
  6. Escucharte a ti mismo para escuchar tu inspiración interna. ¿Te has escuchado a ti mismo?
  
¡Hazlo! Te sorprenderá darte cuenta de tu sabiduría interna.

PROYECTO DE VIDA Y PROSPERIDAD

“NUESTRO DESTINO PROVIENE EN ÚLTIMA INSTANCIA DE LOS NIVELES MÁS PROFUNDOS DEL DESEO Y TAMBIÉN DEL NIVEL MÁS PROFUNDO DE LA INTENCIÓN. AM...