Soltar se relaciona con dejar ir emociones negativas, situaciones o personas que en este momento ya no están contribuyendo positivamente a nuestra vida. Soltar es dejar atrás el pasado pero con todo el aprendizaje que esa situación suma a nuestra vida. Porque cada experiencia vivida trae algo para nosotros. Y si aprendemos a observar y a ubicar esas enseñanzas, podemos decir entonces que estamos en el camino del crecimiento personal.
Por otra parte, rendirse es dejar ir una meta o un anhelo. Una meta que pueda tornarse difícil en el camino. No querer aprender, no querer sumar experiencias a nuestra vida, eso es rendirse. Y rendirse va acompañado de sentimientos de frustración, de enojo hacia sí mismo y de palabras como " si yo hubiera". Una persona que se rinde, recuerda lo que pudo haber logrado y se siente mal consigo misma. Puede, al mismo tiempo, culpar a las situaciones externas o a otras personas de su fracaso. Porque la persona que se rinde, así llama a la experiencia "fracaso". Y se convierte entonces en víctima de sus circunstancias.En contraparte la persona que suelta una experiencia o una persona, no lo ve como fracaso sino como crecimiento. El soltar va acompañado de confianza de sentimiento de libertad, de amor a sí mismo.Soltar lleva al crecimiento. Rendirse lleva al estancamiento.
¿Cómo saber que una experiencia merece soltarse?
Cuando ya no suma positivamente a nuestra vida. Pero si hablamos de una meta, de un objetivo que te va a convertir en mejor persona y decides no continuar? Lo más seguro es que te estas rindiendo y tal vez valga la pena reflexionar un poco, fortalecerte y seguir adelante. Si abandonas tu proyecto de vida, te estas rindiendo. Suelta solo aquello que no te sirva.
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