jueves, 28 de mayo de 2015

Quien mira en su interior despierta.

Mirar en nuestro interior es atrevernos a descubrir todo aquello que en realidad somos. Somos el resultado de lo que hemos incorporado de nuestros ancestros, es decir de las generaciones que nos  precedieron. Somos el resultado de nuestros pensamientos más inconscientes. De nuestros instintos  y pulsiones  desconocidas. A todo esto, es lo que Carl Gustav Jung denominó nuestra sombra.  Y se desarrolla en la cuarta fuerza de la Psicología, denominada Transpersonal.

La sombra, este aspecto no reconocido de nuestra  personalidad  puede mostrarse en omisiones, equivocaciones al hablar,  accidentes, cuando se dejan acciones o metas inconclusas. Pagos inconclusos.  También cuando se está cansado, o estamos bajo presión, y se dice que en  esos momentos sale la verdadera 
personalidad.  También, En las incoherencias al hablar y al actuar. Es decir, se habla de algo pero se actúa lo contrario.

De igual manera aparece la sombra en aquellas características que nos molestan o nos enojan de otras personas. Se le llaman proyecciones.
Por eso todas las relaciones humanas son una oportunidad de conocernos. Y todavía más enriquecedoras son las experiencias grupales.

¿De qué nos sirve conocer nuestra sombra?  Porque...


... lo que observas en ti transforma tu mundo. Al observar tu sombra, dejarás de  vivir situaciones en las que sientes que no tienes control. Dejaras de culpar a otros por lo que te pasa y tomaras las riendas de tu vida con autorresponsabilidad.

Porque al conocerte empiezas a vivir lo que Jung llama sincronicidad, sincronicidad significa lo que últimamente se ha manejado como poner el universo a tu favor.


Por eso... Quien mira en su interior despierta.


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