viernes, 9 de mayo de 2014

DÍA DE LA MADRE

Ser madre es la máxima expresión del amor y del poder creativo de una mujer. Ser capaz de dar vida a otro ser humano nos demuestra la magnificencia de ella misma, y de la conjunción con su compañero.

Una madre vive, durante treinta y nueve semanas, la magnífica aventura de sentir como dentro de sí misma, se realiza el mayor milagro de la vida: un hijo.

Pero ésta experiencia, tan bella, por sí misma, se experimenta de diversas formas para cada una de las mujeres. Habrá quien lo viva plácidamente dentro de un entorno amigable, saludable, en armonía familiar, con su pareja o inclusive con otros hijos, todos en espera del nuevo integrante. Podrá destinar recurso económico para esperar a ese hijo, comprar ropa, accesorios, muebles, etc. Sin embargo, no todas las mujeres viven la maternidad con tanta suerte. Algunas lo harán sin una pareja, otras, tal vez lejos de una familia o con muchos cuidados médicos, por alguna situación de salud especial. Para algunas será un evento de extrema alegría, para otras de preocupación. Algunas lo habrán planeado y esperado, para otras la madre naturaleza las sorprendió en un momento poco oportuno.  

Pero para todas ellas, quiero expresarles mi más grande admiración, porque, cualquiera que hayan sido las circunstancias de su embarazo, fueron bendecidas con ese hijo y tendrán la dicha de verlo crecer, de compartir sus pequeños logros, (que para una madre son enormes), de escuchar sus primeras palabras y acompañarlo a lo largo de su vida. Teniendo así, la oportunidad de repetir y porqué no, de componer su propia historia.


Madres, que tuvieron que dar a sus hijos en adopción, madres que adoptaron a éstas criaturas; a todas les digo que el destino y el universo se encargaron de acomodar los acontecimientos de la mejor manera.  Cuál sea la historia de cada mujer, de cada madre de familia, como grandes expositoras de nuestro género, en especial en nuestro país, suelen existir emociones como culpa, resentimientos, hacia sí misma o hacia otros. Las invito a todas, a usted, cualquiera que sea su historia, a reconocerla como única, a saber que su historia merece respeto y merece sanar lo que debiera ser sanado.
Dediquémosle el mes de mayo, a las madres, pero a su salud integral, mente, cuerpo y espíritu. Y a su comprensión, reconocimiento y liberación emocional.


Incluyo a las que han deseado con todo su ser lograr la maternidad y aún no lo han logrado, a ustedes  les digo, siempre hay una esperanza, la fe  y los bloqueos están en la mente.

Amor Incondicional para todas.


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